lunes, 29 de junio de 2009

consumidores de novedad



Somos consumidores compulsivos de novedad.
Sí, reconozcámoslo, lo nuevo nos pone, nos ilusiona, nos motiva. Buscamos siempre el subidón de la sensación nueva, la experiencia de sentir algo por primera vez, o bien, de expermientar una sensación conocida, sólo que renovada en otra piel.

Pero lo nuevo caduca pronto. Lo novedoso deja de serlo y se convierte en habitual, entonces se hace necesario buscar otro aliciente, ya no excita, ni nos pone. Es conocido.
Vivimos en una sociedad en la que todo caduca pronto y sin problema se desecha en busca de algo nuevo, mejor.

Menos mal que el mundo actual nos ofrece infinidad de posibilidades de probar cosas nuevas.
Es una suerte que nos inunden las opciones para poder elegir, sustituir y cambiar.
Y lo más importante, todo se puede probar sin ningún compromiso. Si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero.
Sería una suerte si no se aplicara a las relaciones humanas.

4 comentarios:

  1. No me puedo creer que con tantas entradas interesantes mi comentario sea el primero... asi que aprovecho y me explayo a gusto! :p

    La palabra, ya sea oral o escrita, es la mejor de las terapias, la manera de sacarse las telarañas, de conocerse a uno mismo, aunque sea hablando solo...
    No se quién me habló por primera vez de "verbalizar"... pero tenía más razón que un santo.

    Ahora que estamos en época de rebajas, el post viene que ni pintado. Precisamente yo me dejé la grandísima pasta el viernes en las rebajas... todo con la excusa de que comprar desestresa! (aunque juro que surte efecto xD).

    Está de moda el consumismo, el rollo de usar y tirar, tanto con las cosas materiales como con las relaciones personales. Es tiempo de sexo express (madre mía, y pretenden venderme el Orgullo como la gran fiesta de la integración... JA! señor Zerolo, prefiero quedarme en mi casa...).

    Aún existimos los idealistas, los que valoramos el compromiso y los sentimientos, los momentos especiales, los que no damos acceso libre a cualquiera a nuestra intimidad.
    El que esté dispuesto a pagar el precio y a asumir el riesgo, que se suba a la montaña rusa y a ver qué pasa. Pero que no se piense que esto es como el que compra el Supercalco del Parque de Atracciones. O como el que va a las rebajas. Ni tan siquiera como el que se compra un modelo exclusivo de Versace (en la temporada que viene se quedará obsoleto).

    ¿Es mucho pedir?

    PD. Espero haber estado a la altura del post original :)
    No dejes nunca de escribir! Muacks!

    ResponderEliminar
  2. Cuánta sabiduría encierran tus palabras Kak!... habrá que seguir siendo así, exigentes, al menos seremos honestos con nosotros mismo, y creo que vale la pena intentarlo. :)

    ResponderEliminar
  3. Adivinen quién se ha quedado sin publicidad del Corte Inglés en su blog... :-p
    Muy bien escrito, felicidades y gracias

    ResponderEliminar
  4. jajaja, había que correr el riesgo, no nos vamos a vender tan barato

    ResponderEliminar